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La abducción de Betty Andreasson.
Betty asegura haber estado en la cocina de su casa en Massachusetts, Boston y las luces comenzaron a “parpadear” y una luz roja intensa entró por la ventana.
Describe a unos seres que tenían un pie corto, ojos amplios y expresivos, orejas pequeñas, narices en forma de pera y un pequeño orificio en lo debería haber sido su “boca”.
Los niños de Betty, estaban en un estado de “animación suspendida”, al igual que su madre, pero solo se llevaron a Betty, quien aseguró que nunca sintió miedo, sino una sensación de serenidad.
Pronto se vió dentro de una “nave” que tenía unos 20 pies de diámetro y allí fue examinada, una prueba que describió como dolorosa, pero “un verdadero despertar”, luego de esto se vio nuevamente en su casa.
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